lunes, 27 de noviembre de 2006

El arte de arremangarse.


Hubo un tiempo en que Leganés creyó que sus días de ciudad dormitorio habían llegado a su fin, fueron los días de las manifestaciones por el ambulatorio de Zarzaquemada, las muchas movilizaciones por colegios, por el hospital y por tantas y tantas otras cosas, eran tiempos de agitación y entusiasmo por hacer de este lugar UNA CIUDAD PARA VIVIR, se trabajó con entusiasmo por mejorar las condiciones de vida, pero pasaron los años y aquellos ardores se fueron apagando a base de años y decepciones, hoy apenas quedan si no tristes y nostálgicos recuerdos, sería fácil echar la vista atrás y señalar con el dedo errores, inacciones y torpezas cometidas por este o aquel, por el PSOE, IU o el PP y probablemente acertaríamos en una buena medida, pero tranquilos que no es ese el propósito de estas líneas, desearía mirar al futuro, desearía que la nueva corporación, ahora que por fin parece que nos vamos a deshacer de quién a mi modo de ver ha sido el peor alcalde de la democracia, liderara un proyecto que ilusione, que haga rebrotar aquel perdido entusiasmo por mejorar las cosas de la ciudad, que termine de una vez por todas con esta locura de eso que eufemísticamente se conoce como desarrollo, y ponga su acento en mejorar cosas tan elementales, tan sencillas, tan de sentido común como la limpieza, la seguridad, el tráfico, (el de vehículos y el otro), los parques, la iluminación, etc., en fin que deje de “planificar” y pase gestionar que es para lo que les elegimos.
Sr. Gómez Montoya, Sr. Calle, Sra. Bragado, dejen sus divergencias para los foros que correspondan y arremánguense la camisa para trabajar en esta dirección que es justamente la que los vecinos deseamos, estoy completamente seguro que si esto es así pronto renacerá la ilusión y las ganas de aportar.

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