lunes, 18 de diciembre de 2006

Expropiación u ocupación.

Unos días atrás oí por televisión que el tripartito catalán, con objeto de combatir la escasez de viviendas para los jóvenes, se proponía “expropiar el uso” de cuanto piso vacío se cruzara en su camino, “no expropiar los pisos”, aclaró muy inteligentemente la directora del departamento de Habitatge de la Generalidad, Carme Trilla, “sino que expropia el usufructo”, sí expropiar es, según el Diccionario de la RAE; privar de la titularidad a cambio de una indemnización y usufructo; derecho a disfrutar de bienes ajenos a cambio de conservarlos, estaríamos ante una privación del derecho a disfrutar bienes ajenos a cambio de conservarlos o lo que es lo mismo, a un trabalenguas con significado nulo, no se sí son los problemas derivados de la traducción al castellano o sencillamente de la majadería que se pretende, mas creo en lo segundo que en lo primero, dado el origen del apellido de nuestra avezada política.

Bromas y trabalenguas aparte, mucho me temo que nos hayamos ante una nueva ocurrencia que sumar a la ya larga lista que cosechamos, esta vez a cargo del tripartito.

De todos modos ¿es que no hay formulas menos “imaginativas” y mas reales de poner coto a la especulación en su origen?, porque vamos a ver, sí lo que se pretende es combatirla, ¿no sería mas sencillo no recalificar mas terrenos, no admitir planes especulativos o no conceder mas licencias de construcción y de ese modo evitarnos el bochornoso espectáculo de asustar a viejecitas con amenazas de sustraerlas su único patrimonio?.

Sí de veras lo que se pretende es hacer accesible la vivienda a quienes no disponen de recursos ¿por qué Doña Carme y su equipo no ponen manos a la obra y en lugar de conceder licencia para la construcción de viviendas de lujo, promueve y construye un parque de viviendas para alquiler?, a ver si es que con tanta imaginación y ocurrencia somos incapaces de superar a la extinta Obra Sindical del Hogar franquista, tomen buena nota también Doña Esperanza y Don Alberto. Precisamente fueron las administraciones locales y autonómicas quienes enajenaron el patrimonio inmobiliario de aquel organismo, seguramente por incapacidad de gestionarlo adecuadamente, y si eso fue así ¿no es como para echarse a temblar el solo hecho de pensar en poner nuestro patrimonio en tales manos?, para mi que si.

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